Está bien, aceptamos pulpo como animal
doméstico y admitimos que la inmensa mayoría de políticos y sindicalistas son
honrados y los cometimientos de sus fallos, cuando los hay, obedecen a la
inherente torpeza humana. Y admitimos, sobre todo, la necesidad de la
existencia y obra de éstos, y la urgencia de que acometan sus funciones con los
pies en el suelo y atendiendo a los ciudadanos a los que se deben con el máximo
respeto y rigurosidad.
Pero una vez salvada dicha mayoría de
estar en tela de juicio, ¿es comprensible la actuación o posición que vienen
adoptando, al menos de cara a la opinión pública, las bases, los militantes,
los afiliados a los partidos políticos y sindicatos?
Sorprende sobremanera la aparente
quietud que mantienen los “abonados” a la UGT, con sus cien frente abiertos; o
que no se escuchen alaridos de desaprobación en el interior de las sedes del PP,
por sus mil frentes abiertos; o que los militantes del PSOE mastiquen de tan buen
grado la sucesión a dedo de Griñán o el empecinamiento del señor Rubalcaba y de
su equipo por ser los valedores de la mil veces nombrada regeneración política.
Fue Hitler el que se pegó un tiro en la
sien; pero no debemos olvidar que tras él había un ejército que decidió hacer
oídos sordos y esperar a la toma de Berlín para deponer las armas. Y, sobre
todo, no debemos olvidar que, sin ese ejército, Hitler habría pasado a la
historia como un payaso más.
Es curioso observar hasta dónde llega la
fidelidad a unas siglas de índole político, tras las cuales se supone que se
esconden unas ideas, un modo de entender la vida y el mundo. Ni siquiera tal
ceguedad se ve en los aficionados al fútbol. Dichos aficionados, cuando los
resultados de su club no son los esperados, claman por la dimisión del
presidente, por la sustitución del entrenador y de todo su equipo técnico y por
el despido de media plantilla. Función, ésta de clamar, que nunca se le deja a
los seguidores del equipo rival.
En política, sin embargo, parece que
todos los militantes, ya sean de un bando u otro, en algo se ponen de acuerdo:
su lema, “y tú más”; su equipo, el Betis, gane o pierda.
(Artículo publicado en el Diario Jaén el 2 de enero del 2014)
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