Decían
los padres de Juan Lanzas, el conseguidor de los ERE, que su hijo tenía billetes
para asar una vaca. ¿De veras cambia el dinero tanto el sabor de la carne?
Fernández Villa, el histórico sindicalista de la minería asturiana, guardaba un
millón y medio de euros; imagino que para dejárselo en herencia a sus hijos. Y
en ese caso, ¿cuál sería su discurso en su lecho de muerte?: “hijos míos, esto
es el fruto del sudor de mi frente” o “hijos, esto es todo lo que he podido
saquear a los compañeros”. Sabemos que Rodrigo Rato, además de un presunto
ladrón, era muy capaz de gastarse varios miles de euros en una sola tarde de
bares. ¿Qué le echaban en el vaso? ¿Existen licores tan caros o existen locales
encargados de atender a la gente que desprecia el valor del dinero porque lo
obtienen sin esfuerzo?
Me
dan pena estos señores que no sienten miedo de rayar el coche que estrenan,
esos imbéciles que pagan cien euros por un par de huevos fritos con patatas.
Todos, en algún momento, ejercieron una profesión digna y en algún momento
decidieron que la verdadera felicidad se encontraba en defraudar a sus
conciudadanos. ¿Qué consejos les darán a sus hijos? ¿Querrán que se les
parezcan?
Me
cuesta creer que a cualquier Pujol o Bárcenas de turno no le importe lo que
piensen de ellos el camarero que les sirve el vino, la señora que se les cruza
por la calle, el vendedor de periódicos, la enfermera y hasta el alma mecánica
del cajero automático. Si el éxito es una fórmula mágica en la que se combinan
la admiración y el respeto del prójimo, con el grado de honestidad con la que se
consiguen ese respeto y esa admiración, estos tipejos no son más que un puñado de
desgraciados.
Y
de verdad, pienso mucho en esos hijos de corruptos y corruptas. Porque los hijos
del carterista o del que trapichea con unos gramos de droga, ven que sus padres
no obran bien y tienen el alma sucia. Pero ¿y éstos, que aprenden antes a pelar
con cubiertos las gambas que a saborearlas, qué hacemos con éstos? ¡Por favor,
que asuntos sociales intervenga ya!
(Artículo publicado en el Diario Jaén el 23 de abril del 2015)
En el caso de Rato esta claro que le ha salido al padre y los hijos de Pujol, pues no es fácil dilucidar si le han salido al padre o a la madre, en cualquier caso, lo mismo da que da lo mismo. Lamentablemente en unos casos y afortunadamente en otros, de tal palo tal astilla.
ResponderEliminarLlevas toda la razón, Esther.
EliminarGracias por pasar.
Un abrazo