jueves, 2 de enero de 2014

¿JUSTOS POR PECADORES?

Está bien, aceptamos pulpo como animal doméstico y admitimos que la inmensa mayoría de políticos y sindicalistas son honrados y los cometimientos de sus fallos, cuando los hay, obedecen a la inherente torpeza humana. Y admitimos, sobre todo, la necesidad de la existencia y obra de éstos, y la urgencia de que acometan sus funciones con los pies en el suelo y atendiendo a los ciudadanos a los que se deben con el máximo respeto y rigurosidad.

Pero una vez salvada dicha mayoría de estar en tela de juicio, ¿es comprensible la actuación o posición que vienen adoptando, al menos de cara a la opinión pública, las bases, los militantes, los afiliados a los partidos políticos y sindicatos?

Sorprende sobremanera la aparente quietud que mantienen los “abonados” a la UGT, con sus cien frente abiertos; o que no se escuchen alaridos de desaprobación en el interior de las sedes del PP, por sus mil frentes abiertos; o que los militantes del PSOE mastiquen de tan buen grado la sucesión a dedo de Griñán o el empecinamiento del señor Rubalcaba y de su equipo por ser los valedores de la mil veces nombrada regeneración política.

Fue Hitler el que se pegó un tiro en la sien; pero no debemos olvidar que tras él había un ejército que decidió hacer oídos sordos y esperar a la toma de Berlín para deponer las armas. Y, sobre todo, no debemos olvidar que, sin ese ejército, Hitler habría pasado a la historia como un payaso más.

Es curioso observar hasta dónde llega la fidelidad a unas siglas de índole político, tras las cuales se supone que se esconden unas ideas, un modo de entender la vida y el mundo. Ni siquiera tal ceguedad se ve en los aficionados al fútbol. Dichos aficionados, cuando los resultados de su club no son los esperados, claman por la dimisión del presidente, por la sustitución del entrenador y de todo su equipo técnico y por el despido de media plantilla. Función, ésta de clamar, que nunca se le deja a los seguidores del equipo rival.

En política, sin embargo, parece que todos los militantes, ya sean de un bando u otro, en algo se ponen de acuerdo: su lema, “y tú más”; su equipo, el Betis, gane o pierda.

(Artículo publicado en el Diario Jaén el 2 de enero del 2014) 




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